Por: Silvana Cuellar Moscoso

BAJO LA LUPA PERIODÍSTICA

La problemática de las profanaciones de tumbas y el robo de cadáveres no han quedado fuera de la agenda de los medios de comunicación, que durante las festividades de Todos Santos, ponen la mirada en los cementerios abandonados y salen a relucir un abanico de situaciones. Según datos obtenidos en la Felcc se tiene un registro de 72 denuncias durante el período (2007-2015)
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La prensa ha representado siempre un instrumento importante en la búsqueda de antecedentes e información, que permiten descubrir interesantes patrones de datos. Es así que mediante un estudio realizado entre el  2010 -2016, en cuatro diarios locales de la ciudad de Santa Cruz: El Deber, El Día, El Mundo y La Estrella, se constató los casos de profanación de tumbas ligados a temas como: la vulnerabilidad de los cementerios, inseguridad y delincuencia, clandestinidad, tráfico de cadáveres, problemas de orden administrativo y legal.



De un total de 43 notas de prensa que fueron analizadas se obtuvo los siguientes datos:


Donde ocurre el mayor número de profanaciones de tumbas es en los cementerios clandestinos, puesto que no cuentan con ningún tipo de seguridad. Llama la atención que también en los municipales se perpetúa este tipo de situaciones. Con respecto a los privados, solo se hizo mención al Cementerio Norte, donde se denunció el robo de ornamentación, no de cadáveres. 



Con relación a la autoría de quienes están detrás de las profanaciones de tumbas en los cementerios, en la mayoría de las publicaciones los vecinos  hacen  alusión a delincuentes, término generalizado para no caer en acusaciones erróneas. Sin embargo, hay quienes apuntan a estudiantes de medicina, albañiles, brujos, cuidadores y administrativos de los cementerios, de estar  involucrados con el robo de cadáveres.


Según el lugar de ocurrencia, en las notas informativas se hace mención a 14 cementerios de donde sacarían restos humanos. Siendo: El Bajío, El Terrado, Pampa de la Cruz y Campo Rosa, los que sufrieron mayor número de profanaciones.

Si bien hay casos de profanación que son dados a conocer a la prensa a través de  familiares y vecinos, son pocas las denuncias que oficialmente se formalizan en los módulos policiales. En todas las noticias analizadas, solo  un 57% equivalente a (4) denuncias habrían llegado a manos de la Policía y un 43%  (3) fueron procesadas.

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Para corroborar la cantidad exacta de casos se visitó los módulos  policiales y fiscalías de la ciudad, ubicados en: La Villa Primero de Mayo, Plan Tres Mil, Radial 17 1/2, Los Tusequis, Los Lotes y Pampa de la Isla, donde no dieron razón de alguna denuncia por profanación de tumbas. En la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) su director, coronel Gonzalo Medina,  manifestó desconocer algún caso denunciado por este tipo de hecho y le restó importancia argumentando que:

"La persona cuando fallece pierde todas sus funciones fisiológicas, sociales y jurídicas, por tanto solo se reduce a una cosa  o un objeto. El resto óseo no es nada más ni nada menos que una propiedad de alguien como lo es un cuaderno, un lápiz o lo que sea. Cuando roban restos humanos quienes deberían denunciar son los familiares, pero no lo hacen.  Esos huesos que han sido robados ya no tienen significación como persona, no es lo mismo que robarse a una persona viva. Para la Policía investigar esto no tiene relevancia, es una pérdida de tiempo".

La respuesta del encargado de esta institución policial fue clara y directa, a su juicio, los casos de profanación no tienen ninguna relevancia para ser investigados porque la persona cuando muere simplemente se reduce a una “cosa” u “objeto”.

“Para la Policía investigar esto no tiene relevancia, es una pérdida de tiempo”
Cnl. Gonzalo Medina

Sembrada la duda de que no existiera registro de ninguna denuncia por profanación, se siguió rastrillando en busca de algún resultado. Es así que llegamos hasta las oficinas del capitán Cristián Sánchez, responsable en el área de criminalística de la Felcc, con quien se accedió a una entrevista y dio una información diferente, dado que su persona había realizado un estudio al respecto.


Cristián Sánchez, responsable del área de criminalística de la Felcc


P. ¿Qué lo motivó a indagar sobre los casos de profanación?

R. Me di a la tarea de investigar porque el tema del robo de cadáveres (por el año 2014) estaba sobre el tapate mediático, de un tiempo a otro empezaron a robar bastante, entonces como no se tenían datos precisos acerca del fenómeno o una aproximación estadística, es que decidimos tener por lo menos una cantidad de denuncias y lugar de ocurrencia. Fue un trabajo titánico porque desgraciadamente los datos no estaban sistematizados; tuve que visitar comisaría por comisaría y revisar denuncia por denuncia desde el año 2007.

P. ¿Cuántas denuncias fueron detectadas por su persona?

R. No pasaban de las 100. El grueso de las denuncias estaba en la Fiscalía de la Radial 17 ½ por la cercanía de los cementerios La Cuchilla y El Bajío.

P. Mi persona a comienzos del año (2017) se dio a la tarea de buscar el dato del número de denuncias. ¿Por qué no se encuentra ningún registro?

R. Lo que sucede es que los datos están desorganizados y son miles de denuncias que se reciben, además de que están tipificadas de diferentes modos como: robo, hurto, atentado a la dignidad, al honor, indistintamente, como lo haya manejado el entorno interfiscal.

P. ¿Alguna de estas denuncias tuvo sentencia?

R. De las que tuve conocimiento, ninguna, ni siquiera una acusación  formal.

P. ¿Por qué cree que sucede este tipo de hechos en nuestra ciudad?

R. Por la indagación que realicé a personas que están vinculadas a estos fenómenos, existe un mercado negro de restos, de cadáveres, no solo en nuestra ciudad sino en todo el país, que son requeridos por estudiantes de medicina y personas que se dedican a ritos de diversos tipos.

P. ¿Si existe aquello, por qué no son enjuiciadas estas personas?

R. La actividad de la Policía como de los fiscales está limitada al no tener una base legal sólida para atribuir una responsabilidad penal; por eso no pasa nada con los profanadores.

P. ¿Cuál es la solución para que estos hechos no se sigan perpetuando?

R. La solución pasa por legislar, poner atención y socializar esta situación para que los deudos no tengan que enfrentar una situación tan desagradable como esta. En nuestra legislación no hay ninguna referencia directa al respecto y por eso hay mucha ambigüedad en la tipificación de estos hechos. Mientras no exista seguridad jurídica, los familiares afectados seguirán quedando en el limbo.  

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La información proporcionada por el oficial Sánchez despejó varias dudas y reveló otras situaciones, como el motivo por el cual no se pudo encontrar el número de denuncias que llegan a la Policía porque, no existe una categorización con el delito de profanación de tumbas y se lo tiene que tipificar de varias maneras en aquel bagaje de denuncias que se reciben a diario. Lo que a su vez, develó una debilidad en la sistematización y ordenamiento de sus datos oficiales.

La investigación realizada  por el capitán Cristian Sánchez da cuenta de un total de 72 denuncias por sustracción de restos humanos (durante el año 2007 al 2015) en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, según un registro proporcionado por su persona.

Documento oficial (Felcc). Denuncias por sustracción de restos humanos.

La profanación de tumbas y el robo de restos humanos en los cementerios, especialmente clandestinos, representa un secreto a voces. Sin embargo, los datos reflejados en prensa y el número de casos registrados por el oficial Cristián Sánchez, de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), dan constancia de su existencia y recurrencia. Para algunas autoridades policiales este tipo de hechos no ameritan ser investigados, ya que representan una pérdida de tiempo, mientras que para otras, es necesario una socialización de la problemática y construcción de una base legal capaz de brindar seguridad jurídica a los deudos.