Como cualquier otro objeto que puede ser comercializado, los huesos humanos, también forman parte de una mercadería adquirida a un precio que oscila entre los 500, 2.000 y 5.000 bolivianos. Los espacios donde se realiza el negociado de estas piezas óseas recorre la ruta de los cementerios clandestinos, los mercados donde venden objetos de dudosa procedencia y las redes sociales.
____________________________
Mediante la información obtenida de estudiantes de medicina es que pudimos buscar y contactar a quienes venden piezas humanas. Uno de ellos, hizo mención a la zona de los “Cachivachís” del mercado Los Pozos donde se comercializa infinidad de mercadería de dudosa procedencia como: ropa, zapatos, celulares, aparatos electrónicos, herramientas, joyas, entre otros.
El reloj marca las 19:00, entre luces y sombras, cantidad de personas algunas de aspecto sospechoso, tatuados, con cicatrices en el rostro y cuerpo, ambulan de un lugar a otro por la zona denominada Los Cachivachís, que abarca cerca de tres cuadras, entre sus manos sostienen toda clase de mercadería que es ofrecida a todo aquel que camina por el lugar.
Me hago pasar por una estudiante de medicina y de forma discreta, con la mayor cercanía posible y casi susurrando al oído, empiezo a preguntar a estas personas dónde puedo conseguir huesos humanos. Tras diez intentos fallidos, con respuestas negativas, finalmente llego a dar con dos personas que me aseguran poder conseguirme.
─Yo tengo un amigo que le puede hacer el enganche, deme su número, yo hablaré primero con él y luego le comunico con usted y le digo cómo es el asunto─ responde un hombre de gorra y estatura baja.
Sigo caminando y consulto a otro tipo de aspecto sospechoso.
─ ¿Sabe dónde puedo comprar cráneo y otras piezas?
─Me responde ¿cuánto está dispuesta a pagar usted? Porque tengo un pariente que trabaja con una funeraria, pero yo para conseguir quiero saber ¿cuánto paga usted?
─Ofrezco mil ochocientos bolivianos, le digo.
─No, mínimo le sale unos cinco mil bolivianos el cadáver completo y el cráneo solito dos mil bolivianos, si usted tiene la plata se lo puedo entregar mañana mismo.
─Gracias, tomaré en cuenta su oferta, respondo y me retiro de lugar.
De esta manera comprobamos que en este lugar de Los Cachivachís se logra encontrar a los intermediarios de quienes comercializan esqueletos y piezas óseas, con una franquicia entre los 2.000 y 5.000 bolivianos.
El dato de la funeraria, fue disparador, no se perdió el hilo conductor y se llegó a una de ellas ubicada por la zona del Plan Tres Mil, con el mismo argumento de estar en busca de huesos para estudiar.
“En las funerarias no vas a encontrar nada eso, es en los cementerios, con los encargados, porque son ellos quienes saben qué tumbas no visitan y el tiempo que lleva enterrada una persona. Tienes que hacer amistad con gente que los conoce y te pasen el dato porque así nomás es difícil, pierdes tu tiempo si vas a las funerarias”, responde una mujer que vende ataúdes y que ofrece servicios funerarios en el Plan Tres Mil; tras dar los motivos del por qué se quiere conseguir con urgencia los huesos, prosigue: “Los cadáveres que nadie reclama, que no tienen familiares, los entierran mayormente en esos cementerios que están bien lejos; en el cementerio El Terrado se entierra sin papeles, ahí tal vez te colaboren”, afirma.
La mujer no se equivocaba.
![]() |
Ingreso al cementerio El Terrado (Villa Primero de Mayo) |
─ Dígame qué necesita, pregunta.
─ Soy estudiante de medicina, me dieron la referencia que aquí podía conseguir huesos, señaló.
─Ah, el trato lo tienes que hacer con el flaco, ahora no está, no sé cuánto te cobrará, pero déjame tu número─ dice a tiempo de pedir que le regale unas monedas y volver a reunirse con la manada que no nos desprendía la mirada,
De esta manera comprobamos que la mujer de la funeraria no se equivocaba al mencionar que en dicho cementerio había gente que se prestaba para ello. Cabe mencionar que también se llegó a algunos cementerios municipales, con el mismo argumento de ser estudiante de medicina en busca de material. Hicimos el intento en cuatro de ellos, sin embargo la respuesta por parte de quienes están a cargo del resguardo, fue negativa. Adujeron que la única manera de retirar un cadáver o una pieza ósea es con una orden expresa de los familiares.
Los cementerios clandestinos y los mercados donde se comercializan objetos de dudosa procedencia, no son los únicos espacios para buscar huesos humanos. Hoy con la introducción de la tecnología y el boom de las redes sociales, se hace más fácil consultar en Facebook, donde también puede conseguirse.
A través de un rastreo de páginas en Facebook, se comprobó que existen grupos como: Clasificados Ucebol, Todingo Baratísimo, Los Cachís Santa Cruz, Clasificados Vip Santa Cruz, Clasificados Acabo, donde los usuarios, en su mayoría estudiantes, ofertan cráneos y esqueletos con precios que oscilan entre los 350 bolivianos y 800 dólares, dejando como referencia un número de su celular.
─Vendo cráneo de anatomía en buen estado 350Bs.
─Cráneo humano barnizado, incluye videos de medicina para estudiantes de medicina y odontología.
─ Atención, estudiantes de medicina: tengo huesos humanos para vender, eran de mi hermana que estudiaba medicina, pero abandonó la carrera ¿cuánto ofrecen?
─ Vendo esqueleto humano para estudiantes de medicina, precio 800 dólares, charlable, interesados escribir al WhatsApp 798*****, son partes de las ofertas.
Del mismo modo hay quienes realizan publicaciones en búsqueda de piezas óseas, siendo el más demandado el cráneo.
─ Compro cráneo para estudio de medicina por favor.
─ Alguien que venda cráneo por favor.
─ Quién tiene un cráneo para vender.
Los grupos de Facebook, antes mencionados, tienen entre 4.000 y más de 200.000 miembros y han sido creados hace más de un año. En ellos, los usuarios tienen la posibilidad de ofertar productos de toda naturaleza: usados y nuevos, desde artículos de belleza, electrodomésticos, libros, ropa, zapatos, celulares, y como pudimos constatar huesos humanos. Esta red social representa un terreno abonado para la facilidad de compra y venta, y más cuando no existe una regulación del comercio electrónico.