Por: Silvana Cuellar Moscoso

Utilidad de los huesos en prácticas de brujería

Los restos humanos  no solo son buscados por estudiantes de medicina, sino también por brujos que en sus prácticas de magia negra hacen uso de piezas óseas, siendo la más cotizada EL CRÁNEO. 
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Los cementerios elegidos para este tipo de prácticas de preferencia son los clandestinos, dada la falta de seguridad y nichos que han sido olvidados. En ellos se encuentran todo tipo de hechizos, que ante la mirada de quienes desconocen del asunto, causan asombro y repulsión. En un recorrido realizado por varios de estos camposantos, se observó toda clase de objetos. 

Una vela negra en forma de calavera y llena de alfileres, acompañada de una botella de singani y un papel con algún tipo de mensaje, acababa de ser dejada sobre la tumba de una persona fallecida hace varios años. Velas rojas y negras, a medio derretir; muñecos de trapo sentenciados a morir en pequeños ataúdes de cartón negro; ofrendas en vasijas de barro; telas de color rojo; copas y mejunjes que contienen quien sabe qué, son muestras de que los brujos estuvieron en el lugar haciendo algún tipo de trabajo. 


 
 
Actos de brujería
Según relatan los vecinos que viven aledaños a los cementerios las personas que hacen brujería se asoman al caer la tarde y por las noches, preferentemente los días martes y jueves. Pese a que son vistos ingresando, casi nadie se anima a hacer algo, por temor. Uno que otro llama a la Policía, pero nunca llegan al lugar y si lo hacen, es cuando ya estos se han retirado y dejado su maleficio.   

Juan Carlos Aliaga, parapsicólogo y especialista en asuntos esotéricos, explica que estos trabajos se dan en razón a un pedido especial para causar daño a alguien y, que los brujos eligen los cementerios porque en ellos reside el sufrimiento, las penas y los lamentos; toda la energía negativa que puede ser traslada hacia un objetivo en particular. “La brujería es utilizada para causar la transformación en el pensamiento y afectar alguna situación. La magia negra surgió para ocasionar desdicha y desgracia a quien no se quiere y odia, haciendo que caiga con una grave enfermedad, sufra un accidente, no consiga trabajo, tenga problemas familiares y que todos sus proyectos queden frustrados”. 

Juan Carlos Aliaga, especialista en asuntos esotéricos

Manifiesta que los muñecos negros que en algunos casos están acompañados de pequeños ataúdes, sirven para que le vaya mal a una persona, para que enferme o tenga un accidente. Los  muñecos rojos se emplean para la cuestión sentimental, para que no le vaya bien en el amor; mientras que los muñecos blancos se utilizan para que la persona no tenga paz, tenga una vida turbulenta, llena de malos momentos. Del mismo modo, las velas rojas y negras, en un cementerio, representan desdicha, para que todo sea negativo. “La vela negra en forma de cráneo y con alfileres, es para que la persona viva atormentada por alguna situación, para hacer que se le frustre todo”. Los manteles rojos acompañados de copas se utilizan para que las parejas se peleen y haya desunión. Las ofrendas, en caso de que sean alimentos, son para que la persona no tenga para comer y quede en la calle, puntualiza.

El cráneo por excelencia es la pieza más buscada por los brujos, por ser compacto y chiquito, pero especialmente porque todo el pensamiento de la persona está en el cráneo, ahí está concentrado sus proyectos, sus planes, sus emociones. Lo bautizan con algún nombre y lo utilizan para hacer pedidos al alma del fallecido, por ejemplo, para que aparezca un dinero robado o también para dar protección. Puede ser de un hombre o una mujer, pero no de niños porque no tienen la misma energía que una persona adulta y porque han muerto en inocencia. De ahí que a los cráneos le ponen flores y todo tipo de cosas, explica Aliaga. 

Y agrega: “En realidad todos los huesos humanos sirven para hacer trabajos por encargo, por ejemplo, el hueso hervido de las manos de un difunto es para que la gente no tenga plata, y si es de los pies, para que se aparten de su lado. Con los narcotraficantes, es conocido que utilicen polvo de cráneo, al igual que hacen con los ladrones, para que no tengan problemas. Los huesos ya  sean de un dedo, una mano, una tibia, un fémur, una quijada, un peroné, e incluso hasta un diente del difunto, se utilizan para diferentes fines en la brujería; cualquier pieza sirve”. 

A través de sus hechizos con piezas humanas atraerían fuerzas extrañas con las cuales  buscan atender la demanda de sus clientes. Especialmente utilizan el cráneo por ser considerado como un elemento de residencia de la vitalidad y del alma, de sabiduría y poderes espirituales, pero de ¿dónde los obtienen? Hay quienes dicen que proceden de sus antepasados, de familiares que hace tiempo dejaron de existir y otros que necesariamente tienen que buscar en los cementerios.



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Trabajando con cráneos humanos 

En un barrio alejado donde no llega el asfalto, en una vivienda de ladrillo visto y habitaciones arrendadas, vive don Rolando, un hombre solitario de 60 años, de mirada profunda, cabello blanco, estatura media y caminar cansado. Un cuarto pequeño y oscuro, donde no cabe un rayo de luz, es su morada y lugar donde recibe a los clientes. Una mesa de madera cubierta de un mantel rojo, velas de todos los colores, un rosario, naipes, retratos de varios santos, incluidos los de Cristo y la Virgen María, se imponen en una esquina de su habitación. Mientras que en otro rincón, sobre un paño blanco y en la oscuridad, rodeado de unos cuantos ladrillos y flores marchitas, tiene un cráneo humano, lo llama: “espíritu Maldonado”.


Mesa de trabajo de Rolando

Cráneo apodado "Espíritu Maldonado"

Hace varios años, durante su juventud, en la Argentina, Rolando aprendió hechizos de magia blanca y magia negra.

─A Maldonado lo utilizó para atraer a clientes, para cuestión de objetos perdidos y búsqueda de personas desaparecidas─, manifiesta desde su peculiar habitación y reconoce ─ me lo consiguieron de un camposanto, yo pagué algo de 200 bolivianos; lo único que pedí fue que me buscaran una calavera antigua, de una persona fallecida hace muchos años

Todos sus trabajos a través de aquel cráneo han sido positivos señala ─ el único requisito es tener fe y creer, porque si no se confía en él (la calavera), no ayudará en nada─ Sus rituales los realiza los días lunes pasada la medianoche; quien lo busca tiene que acompañarlo en eternos rezos por varias horas. ─Para buscar a una  persona desaparecida pedimos al espíritu Maldonado que traiga su alma de regreso, para aquello escribimos su nombre completo del desaparecido y ponemos alrededor del cráneo parte de sus pertenencias, y comenzamos a rezar y rezar─ explica a grandes rasgos sin entrar en detalles, indicando que lo demás es reservado para quienes participan del ritual.

A lo largo de estos años Rolando ha ganado fama gracias a los comentarios y recomendaciones de las personas que acuden a él, no solo para este tipo de trabajos sino para saber qué les depara el futuro a través de naipes y lectura de la palma de las manos, que también forman parte de los gajes del oficio. Vive de aquello,  de los santos, y favores que le hace el ‘espíritu Maldonado’, para quien siempre hay flores y velas encendidas,  su compañero de vida en aquella oscura y solitaria habitación.


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Como el señor Rolando, hay muchas otras personas que se dedican a este tipo de trabajos oscuros, por así llamarlo, y que se encuentran ofreciendo sus servicios en los mercados. Esto se pudo evidenciar tras un recorrido por la zona del mercado La Ramada, donde hay pequeñas casetas con letreros que llevan impresa la figura de una calavera.

Lugares donde se realizan trabajos de brujería

Es un día entre semana y la llamativa pieza ósea (cráneo) no está a la vista.

─En qué puedo ayudarte, ¿qué necesitas? ─ pregunta una mujer de pollera y trenzas largas.

─Quiero recuperar una plata perdida ─ respondo de inmediato tras dar las explicaciones necesarias de la supuesta perdida.

─De las personas que han ido a tu casa ese día que se perdió el dinero tienes que anotar sus nombres en un papel y eso lo vamos a meter a una calaverita; si no aparece en siete días, ellos se van a enfermar, les empezará a salir ronchas y manchas; y a la persona que robó tu plata no la dejará dormir hasta que devuelva (…) el  trabajo te sale 1.000 bolivianos y hay que hacerlo el martes, tienes que estar presente─, responde la mujer a tiempo que sugiero considerar su oferta y me retiro del lugar.

El uso del cráneo no solo les serviría a los brujos para buscar personas desaparecidas, sino también para hacer aparecer dinero a través de la maldición echada  a quien se adueñó de lo ajeno.  Pero hay un tercer fin para lo cual la calaca humana sería empleada.


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Roberta (nombre ficticio): “Me prometieron curarme y no lo hicieron”


Piernas de Roberta
Lleva entre sus manos un palo desgastado, herramienta que utiliza para poder sostenerse y levantarse, pues su peso corporal le impide moverse por sí misma; sufre de obesidad. Desde hace 13 años, Roberta vive aquejada por un dolor en ambas piernas, que a este paso (a sus 39 años) ya han adquirido un color de morado a negruzco. Las recurrentes visitas al médico, las interminables listas  de medicamentos y  análisis clínicos, no le han servido de nada. De ahí que sus inaguantables dolencias  la condujeron a buscar a los llamados brujos. Cree que su dolor se debe a un mal puesto (brujería).

"Siento fuertes dolores de cabeza, fiebre, piquetes en el cuerpo como si te clavaran alfileres, y sobre todo adormecimiento e hinchazón en ambas piernas", comenta.

Por la desesperación de sanar e inducida por familiares y vecinas suyas, es que decide buscar a los brujos, quienes prometieron curarla y no le hicieron.





"Al observar mis piernas, estos brujos me dijeron que era un mal puesto, un hechizo, que llevaría tiempo en sanar. El monto que pedían para mi curación era de  3.000 bolivianos,  difícil de que los pueda pagar, pero en este ir y venir, preguntando y consultando, es que doy con una curandera que me pidió un poco menos de dinero, 500 bolivianos, para empezar, accedí porque lo  encontré barato y  creí que realmente me sanaría. Sin embargo, no solo fue una sesión sino varias en las que prendía velas y empezaba a fumar puros gruesos, seguido de interminables rezos. Para cada encuentro, la mujer me pedía plata y más plata, cansada de no ver resultados y que mis dolores seguían, es que decido reclamarle y me dice que hay que ir nomás a un cementerio para volcar el mal que me pusieron a la persona que lo hizo, me pidió que preferentemente llevará ropa negra. Nos encontramos a la medianoche en un cementerio alejado, era por un barrio, la mujer llegó con otras tres acompañantes; en el lugar ya la esperaba un hombre con un bolsón que contenía cráneos. Pidió que nos coloquemos en diferentes esquinas y encendamos unas velas gruesas, rojas y negras, mientras ella acomodaba las calaveritas; luego empezó con sus rezos en otra lengua y a fumar puros. El ritual para sacarme el supuesto mal no llegó a completarse porque en media sesión se escuchó la sirena de la Policía que se acercaba al cementerio. El miedo a ser descubiertas hizo que saliéramos como pudimos de aquel lugar".


Desde aquella inolvidable escena y sus intentos fracasados de sanar en manos estas personas que utilizan cráneos humanos para comprometer la sanación, Roberta no quiso saber más de brujos, cementerios, calaveras, brujería, ni nada por el estilo, le hizo cruz a todo ello. Para ese entonces, su cuenta con la mujer había sobrepasado los 3.000 bolivianos y los resultados nunca llegaron: sus piernas continúan hinchadas, adormecidas y los dolores de cabeza y cuerpo no han cesado.

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Traspasando el tema de las jugosas ganancias en manos de quienes practican la brujería, teniendo o no resultados en la búsqueda de personas desaparecidas, objetos de valor y dinero, y curar de hechizos a sus clientes, es cuestionable el uso de cráneos humanos para tal fin: La procedencia. Como pudo conocerse en uno de los relatos, se confiesa que esta pieza ósea es sustraída de algún cementerio, con preferencia, de aquellos que murieron hace años. Es así que tanto para las ciencias médicas, como para trabajos oscurantistas, los huesos tienen una utilidad y son codiciados.